UNA DELICADA FIEREZA - Prólogo
Sobre Borges, Arlt, Cortázar
y Otros Comentarios
- PRÓLOGO -
“Soy un aprendiz de la tizona, frustrado en encuentros imaginarios,
aunque sigo soñando con empuñar una espada ganadora y,
en supuestas lides, continuar lanzando mandobles
hasta desterrar la imagen de la capitulación aterradora”
Girala Yampey Miscelánea
Girala Yampey sabe que un libro busca un buen lector y que una buena lectura no sólopermite sortear la cotidianeidad de la propia vida sino interrogar atesoradas esencias. Entregarse a un texto, dejarse tocar por él, presupone un lector de esencias precarias, habitado por enigmas, hecho de signos indescifrados.
Una buena lectura permite buscar en el texto además de un goce estético, sin el cual ninguna lectura tiene sentido, las respuestas al misterio de lo que somos.Paradójicamente, una buena lectura allí donde nos sumerge en los sentidos gozados del autor nos atrapa en un laberinto que deja de ser del autor para ser el propio.
Se podría pensar que la elección de los ensayos sobre Borges al inicio de este libro respondería a una intención de espíritu clasificatorio, a una suerte de mérito que ordena a los escritores según su prestigio. Interpreto que no es así, pues si Borges está al principio es porque sus cuentos reflejan la diversidad de artículos que se recopilan en el libro y la relación entre el lector, el escritor, el autor y sus personajes. Estos ensayos de Girala Yampey , además de su tema específico, muestran una extraña mixtura entre la letra y su autor, no soslayan su subjetividad. Ningún escritor, nos dice, puede escapar a sus fantasmas y obsesiones ¿Los fantasmas de Borges? ¿Los de Pierre Menard? ¿Los de Arlt? ¿Los de Girala? ¿Los propios? De alguna forma, ese pensamiento sigue a Jacques Lacan que considera que la verdad tiene estructura de ficción. Que Pierre Menard o el Jorobadito son tan verdaderos como Borges o Arlt.
Mientras leía cada uno de los ensayos y comentarios de este libro pensaba que le asistíarazón a Oscar Wilde cuando decía: “Jamás leo un libro antes de criticarlo, temo dejarme influenciar por él”, que hubiera sido mejor escribir este prólogo sin dejarme atrapar por su lectura, sin abrir siquiera su tapa, y, simplemente, decir que GiralaYampey tiene una larga trayectoria como escritor. Que es un excelente escritor. Autor de muchos libros publicados, libros de poesía, libros sobre la lengua guaraní. Que este libro de Girala se atreve a mezclar autores dispares. Que sus escritos son de una delicada fiereza, no desprovista de humor e ironía. Que en cada uno de sus escritos no deja de asombrarnos con su posición de atento lector. Que admira pero no sacraliza. Que ama con pasión la tradición pero mira con simpatía a lo que vendrá...
No le hice caso a Wilde, he leído su libro; y ahora tengo la impresión de que lo que escribo está irremediablemente marcado por él. Después de leerlo, pasé mis días intentando escribir algo propio, original, que me perteneciera enteramente pero, a la oración, sus marcas están en mi escritura.
En un mundo proclive a adormecer las pasiones, nuestro Girala – podemos considerarlo nuestro aunque el Líbano, el Paraguay y la Nación Guaranítica jamás dejen de sostenersus huesos- se erige como alguien no dispuesto a hacer concesiones ni a lo sacro ni a lo profano, ni a la civilización ni a la barbarie.
En todos los sentidos, sus escritos muestran la sombra – “sombrita” dice él- de su persona, dejan su marca. Textos poéticos como Vertientes de la Herencia o Fundación de la ciudad de Corrientes recuperan la voz de la identidad e invitan a ser leídos en voz alta. Girala es tolerante con los cambios personales pero interpela, no sin gran valentía,a quienes como Vargas Llosa, con cambios disfrazados de libre pensamiento, acarician con obscenidad los oídos de los poderosos, de los opresores.
La miserable o sublime condición humana en su pluma, avanza por un laberinto cuyo Hilo de Ariadna es el libro mismo. La palabra que salva, que expresa, que repudia, que admira, que desordena, que emociona al lector como en un espejo borgeano también lo escriben a él. Girala Yampey ha escrito Sobre Borges, Arlt, Cortázar y Otros Comentarios y en el mismo acto, el libro lo escribe a él mismo. Curiosa genealogía en cuya hechura participan como imágenes superpuestas los ecos de Borges, Arlt, Cortázar, Pisarello, Sánchez Aguilar, Giardinelli, y los autores sobre los que ensaya en el libro.En esta asombrosa genealogía participan los fantasmas propios y ajenos, los seres de carne y hueso al lado de inolvidables personajes de ficción…
Me refiero a Girala Yampey con la certeza cómoda de que por nombrarlo, conocerlo en persona, apreciar su amistad, en inmediatez, supiera de quién estoy hablando. Y sin embargo ¡Su libro abre una ventana! Recorrerlo es conocerlo y reconocerlo como un sujeto social con alma y experiencia de escritor.
El libro contornea al viejo Conócete a ti mismo girando hacia un Conócete en mi escritura, en mis ineludibles obsesiones, en mis silencios y omisiones. Su táctica y estrategia de escritor son las mismas que manifiesta tener como lector.
Los ensayos sobre la lengua Guaraní ¡acaso podrían no estar en un libro suyo!, sintetizan su trayectoria en la lucha por la dignidad de una lengua a la que el poder intentó infructuosamente hacer desaparecer.
Nuestra identidad se juega entre dos lenguas, una aceptada, la otra soterrada, Némesisvengadora, que produce un sentimiento atávico e inveterado de minusvalía, y hasta un declamado e insincero orgullo. De allí la importancia que ha tenido, tiene y tendrá para nuestra existencia futura la reivindicación de nuestros orígenes que estos textos de Girala Yampey proponen. Su elogio de las mescolanzas de las lenguas, de las nacionalidades, de las religiones, de los pensamientos, de los estilos literarios… lejos, muy lejos de las aceitosas espiritualidades chauvinistas, nos reconduce, con erudición y afecto, a una renovada mirada sobre nuestro ser.
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