Una Política que Enamora
¨En un país colonial, las oligarquías son
siempre dueñas de los diccionarios¨
John William Cooke
¨Fuego de innumerables lenguas para/
difundir la noticia de mi amor/
fuego marcado por los dedos del viento/
fuego que grita por los dientes de la lluvia ¨
Darwy Berti
Las actos políticos tanto como los comportamientos cotidianos de los ciudadanos están sometidos por las emociones, los sentimientos y las pasiones… y, por supuesto, por las ideas, los pensamientos y las razones.
Desde los albores del pensamiento occidental y hasta nuestros días se ha instalado una dicotomía: por un lado, el ser de razón y, por otro, el ser pasional, sentimental, emocional. Razón y pasión como una lucha dentro del sujeto mismo.
La razón, se dice, debería primar sobre las pasiones como corresponde a toda sociedad civilizada. Es por este motivo que las sociedades (en rigor, debería decir los poderes constituidos que dominan a las sociedades…) establecen mecanismos de control pasional, instalando ideas que regulan y hasta oprimen los sentimientos individuales y sociales.
Según el filósofo Baruj Espinosa estas teorías de control pasional - usadas por los poderes hegemónicos, para ejercer su dominación- producen ¨ apatía y aridez afectiva, la esterilización mental y la depauperización de la experiencia, santificación de las usanzas…¨ y lo que es peor, una estructura de sometimiento y resignación a los poderes establecidos… inconmovible.
Las sociedades conservadoras como la nuestra (aunque en rigor, toda sociedad en tanto tal es conservadora en cierto sentido) producen una identificación con un ser dormido para el reclamo, con aceptación silenciosa de las tropelías del poder, resignación y hasta un inexplicable orgullo de sus carencias. Una reserva de la disconformidad o del desacuerdo al terreno de lo privado. Rebeldes en la intimidad familiar y amical… y obedientes en el terreno de lo público.
Se impone, entonces, pensar cuales son esas ideas que producen el sometimiento y cuáles ideas, la liberación.
Hegemonía Cultural…
Antonio Gramsci rompe con la idea de que las reglas de la razón que organizan los controles sociales sean en sí¨naturales. Tampoco ¨el sentido común ¨ es natural. Según él, estas ideas, estas razónes, son impuestas por las clases dominantes. A este concepto, Gramsci, lo llamó hegemonía cultural. En otras palabras, las clases dominantes, hegemónicas, logran convencer a toda la sociedad que sus ideas, que responden claramente a sus intereses de clase dominante, son válidas para las clases que están por debajo de ellas, las clases dominadas.
En esta imposición logran que ellas, las clase dominadas,luchen por defender intereses ajenos a ellos mismos. Que además apoyen a grupos políticos que sostienen estas ideas.
No otra cosa plantea don Arturo Jauretche con su concepto de Medio Pelo en la Sociedad Argentina, un sujeto que se ubica como perteneciente a una clase social que no es la suya. Identificado a ese sector defiende sus intereses y hasta se hace carne de sus odios, la pauta más significativa del medio pelo es el anti-peronismo.
Está misma idea fue reformulada recientemente por Cristina Fernandez de Kirchner cuando describe al anti-peronista aspiracional… alguien que al luchar por los intereses de una clase superior, odiar lo mismo que esa clase a la que admira, siente un ilusorio ascenso social, una pertenencia a esa clase que no es la suya.Defendiendo, además, a una clase política y económica que cada vez que asume el poder, los perjudica sin piedad.
Se produce como un transbordo ideológico inadvertido que tiene sus razónes y su estructura pasional. Es decir una convicción, un certeza de estar en la verdad. Frente este estado de cosas, las discusiones se hacen estériles. La enumeración de pruebas que desmienten dichas ideas y creencias se muestran impotentes. Las pruebas, se sabe,fatigan la verdad.
Entonces, ¿ qué hacer?. Muchas veces he sentido el fracaso de mi poder de convencimiento esgrimiendo pruebas que creía convincentes. Lo que sucedía (o sucede) es algo similar al paradigma de Santo Tomás de Aquino: todas las pruebas hablan de la existencia de Dios… pues bien, si alguna prueba lo niega, entonces, la prueba es falsa. La diferencia con Santo Tomás es que defiende a Dios y estos grupos de poder solo defienden sus intereses mezquinos.
Nuevamente, entonces, ¿qué hacer?...
La Batalla Cultural…
No queda otro camino que dar la batalla cultural por todos los medios a nuestro alcance. Generar debates de ideas y de pasiones. (Uno de los objetivos del Ateneo Liberación). Desde el poder político, restituir derechos. Establecer políticas liberadoras. En lo personal, no dejarse llevar por la impotencia… No hay dudas de que ese es el camino a seguir para construir entre todos una provincia mejor y un país mejor.
Esta batalla no se da en el terreno interestelar, en el terreno de las ideas abstractas o en el terreno lunar. ¡No! La batalla cultural se da aquí y ahora… en nuestro lugar, en nuestra sociedad… y tampoco se da la batalla cultural en soledad… y sin el apoyo a nuestros líderes políticos.
Lideres que enamoran…
La batalla cultural tiene nombres propios que encarnan esas ideas liberadoras, las ideas que enamoran. Pero no son ideas en el aire sino sostenidas por personas que las materializan. Nuestros líderes políticos nacionales y populares, son personas que con sus ideas, con sus cuerpos soportan el peso inmenso de estar al frente de esta gesta y provocan, en su autenticidad, en su lucha, en sus convicciones, un amor inconmensurable del pueblo. Seguimiento apasionado que desde los poderes hegemónicos llaman despectivamente fanatismo o populismo.
Lo que jamás dicen es que los poderes hegemónicos también están atravesados por sentimientos, solo que estos sentimientos se sostienen en un ¨anti…¨ y en el odio a quienes pretenden tocar sus privilegios. Excede los límites de este artículo detenerme en estas complejidades afectivas; solo diré qué hay evidencias visibles de lo que expreso.
En las manifestaciones en contra del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, amén de minoritarias, sus consignas fueron siempre ¨anti…¨, por momentos hasta parecían ser un anti-todo, y el afecto que circulaba era el odio anti-kirchnerista y anti-peronista.
Por el contrario, en la reciente manifestación del pueblo argentino por el 17 de octubre (día de la lealtad peronista) no se vieron consignas de odio sino consignas alegres (la alegría no es simple jolgorio sino la expresión de un decidido temple de ánimo) y de amor a sus líderes políticos y a sus ideas...
El pragmatismo y los ideales…
Los spin doctors – doctores de lo torcido- (eufemismo como se los conoce a los asesores políticos actuales) sostienen la política con ideas pragmáticas.¡Es la economía, estúpido! por, ejemplo, fue el slogan secreto, soterrado, materialista, de la campaña del presidente Clinton en EEUU.
Nuestros líderes no rechazan en su táctica y en su estrategia a lo pragmático, pero con una diferencia sustancial: la política. Una política que se sostiene en la autenticidad, en el amor a su pueblo, en defender los intereses populares contra viento y marea.
Esta política, lo he pensado con detenimiento, es lo que yo llamo: una política que enamora.
El día que Néstor murió...
por Francisco Abelenda
(Extraído de su muro en facebook)
Cuando se murió Néstor me enteré temprano. Fue a través de una simple pregunta que escribió Alberto Rojas Apel en su muro de Facebook "¿Se murió Kirchner?" Era el día del censo así que uno tenía tiempo para llorar. Mi hijo pequeño, que tenía entonces 5 años, buscaba explicaciones ya que nunca me había visto llorar. Y dijo a modo de teoría: "lo que pasa es que a papá le gustaba mucho 678". Creo que fue uno de los días más tristes de mi vida política.
Después fui a la plaza a hacer la cola para despedirme porque necesitaba estar con otros que comprendieran lo que yo sentía. Habíamos pasado ya por muchas cosas, la pelea por la 125, la derrota del 2009. Primero fui solo, después llegó Clara, me agarró frío y entonces me cuidaron el lugar y me compré un suéter Kevingston en una tienda en una galería por la calle San Martín, bastante lejos de la casa Rosada, que hasta ahí llegaba la cola y mucho más. El único color qué quedaba era el rojo, así que me puse ese suéter rojo qué todavía conservó. Más tarde vino Ana.
Pasé tres veces. Tres veces hice la cola (aunque la segunda vez me colé y no esperé tanto). Cuando pasamos con Clara ella le dijo a Néstor con la vehemencia que caracteriza a la Comandanta y con los ojos llenos de lágrimas: "¡Gracias por devolvernos la pasión que habíamos perdido!" Cristina le hizo un gesto de cariño. A ella se la veía incólume al lado del cajón. La atmósfera era increíble. Miles y miles expresando su agradecimiento, contando sus historias. Nos abrazábamos entre desconocidos y llorábamos a quien nunca íbamos a olvidar.
Es que es verdad que ese virola nos había devuelto la pasión que habíamos perdido. Me acuerdo de que yo no quería entonces convencer a nadie, pensaba antes de ir a la plaza que todo estaba perdido y que ojalá Cristina pudiera terminar su mandato y ya. La historia a veces da vuelcos inesperados. Yo solo quería que me dejaran tener mis propias ideas y mis propias adhesiones sin que nadie tuviera mala conciencia hacia mí sólo por eso. Lo que pasó después ya se sabe. O no. Pero ese día fue inolvidable para todos los que estuvimos ahí. Cantábamos "andate Cobos la p... que te p....!" Cobos no se fue, Cristina ganó un año después por el 54% y después ganó Macri. Quién lo hubiera dicho esa tarde.
Buenos Aires 27 de octubre de 2020
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